jueves, 10 de diciembre de 2009

Ovejas Latxas y creación colectiva



Je, je ¡Vaya título de post!
Adjunto aquí un link a la web de mi buen amigo el escultor Óscar FERRENAVARRO.
Óscar, por formación, buen gusto, funcionalidad y habilidad, está dedicándose al diseño y realización de diversos objetos tanto decorativos como funcionales principalmente dirigidos al amueblamiento de la vivienda. Un toque de exclusividad y diseño que no olvida para qué son las cosas y qué función deben tener. Si estás leyendo esto a lo mejor te viene bien ojear aquí todas las cosas que hace...
Con respecto a las mencionadas ovejas latxas, se trató de un encargo para decorar el stand de una empresa en una feria. El resultado fue muy satisfactorio para quienes nos las encargaron y, sobre todo, muy gozoso para nosotros dos.
Al hilo de esto me planteaba el tema del trabajo en equipo a la hora de la creación artística. Se suele pensar que el artista es un ser egoísta y que vive y produce en su unicidad. De aquí se derivan muchos de los conceptos y valores que hoy atribuimos a la obra de arte. También es cierto que el arte contemporáneo ha hecho gala del trabajo colectivo como una de sus principales señas de identidad atendiendo a esa necesidad que parece que tiene por acabar o deconstruir con los roles tradicionales del arte, en este caso con la intención de "disolver" al artista-genio-creador-único...
Esa disolución de la "impronta" del artista la podemos percibir de manera rápida en la obra de Gerhard Richter con sus variaciones de estilo (lo que se ha llegado a llamar el "estilo del no-estilo") así como en muchas de las propuestas plásticas firmadas por múltiples colectivos (Equipo Crónica, Equipo Realidad, Guerrilla Girls, El Perro,... a modo de ejemplo se me ocurren estos pocos y diferentes entre si).
Pero la reflexión que yo me hago es la que nace de esa colectividad que no surge de la cuestión programática sino que emana de la propia necesidad que tenemos los creadores de "contar con los otros" y, sobre todo y en mi caso, de la necesidad afectiva. No son pocas las veces que el propio Óscar o Rubén Rubio no sólo "opinaron" sino que se pusieron "lápiz en mano" a medir, señalar o manchar partes de mi dibujo "Dos chapatas de Carrefour". Hoy mismo ha estado en mi estudio mi amigo y pintor David Serrano con quien hemos estado trazando rectas, colocando "líneas de visión" y modificando las medidas del aspirador con el que estoy trabajando... Cuando retome el color no me importará que alguien manche mi cuadro para indicarme "esa intensida mejor ahí o allá"... y finalmente el cuadro, cuando lo termine, lo "firmaré" yo, será "sólo mío" pero (y es lo que me pregunto) ¿le restará mérito todas esas colaboraciones o ayudas? ¿Desvela eso algún secreto alquimista o procedimental de aquello que estoy creando? De ningún modo.
Hace dos años, en la beca de escultura a la que asistí en la Universidad de Verano de El Escorial, el escultor Julio López Hernández me mostró todo un documento audiovisual -que, lástima, no está editado por nadie siendo un material artístico de alto interés- acerca del trabajo que elaboró en conjunto con su hermano el también escultor Francisco López y el pintor Antonio López García para las esculturas monumentales de los Reyes de España para el Museo Patio Herreriano de Valladolid. Todo un trabajo de "colectivo" pero sin ese envoltorio programático de la contemporaneidad que tan poco me gusta. A lo mejor es que ese gremialismo no es tan "moderno" como se cree; baste en recordar los talleres de los artistas renacentistas...
Me siento mucho mejor trabajando ayudado y acompañado, no hay que nada que ocultar ni que significar de forma especial. Palabras paulinas como conclusión: «¿Qué tienes que no hayas recibido; y si lo has recibido, por qué presumes como si no lo hubieras recibido?» (1 Cor 4, 7)


domingo, 18 de octubre de 2009

Pintura y Realidad

En estos días he terminado de leer "Pintura y Realidad" del filósofo Étienne Gilson y me ha parecido oportuno señalarlo en este post.
Este libro ha llegado a mí a través del profesor que me está dirigiendo la tesis de máster del máster en pensamiento contemporáneo que, a todas luces, pretendo terminar este curso para iniciar el doctorado.
Su lectura, englobada dentro de los intereses tanto pictóricos como investigadores que me seducen, me ha resultado altamente satisfactoria y me ha sorprendido cómo Gilson se aproxima al binomio pintura-realidad desde la filosofía pero con un "rigor pictórico" fantástico. Lo que quiero decir es que durante toda su lectura tenemos la sensación (y la tranquilidad) de saber que, en todo momento se nos habla desde la pintura y para la pintura.
Sus reflexiones acerca de la realidad como motivo pictórico y su imbricación con el Ser de las cosas me han parecido extremadamente actuales, a pesar de que el librito ya tiene más de 30 años. Incluso me ha sorprendido encontrar el dantoniano término "indiscernible" en sus páginas.
No pretendo, ni tengo capacidad en este momento, señalar las ideas básicas pero sí que puedo identificar en sus páginas una rigurosa ambición de no desterrar a la pintura de ese campo del conocimiento humano que es lo metafísico en su relación con el mundo y las cosas que nos rodean. Al fin y al cabo, a un pintor como yo, lo que le interesa es/son las cosas susceptibles de ser vistas y pintadas con la convicción de "que los pintores sirven a un propósito propio al cual no sirven las cosas y seres que constituyen el mundo de la naturaleza". En definitiva del Ser de las cosas.
Comencé leyendo la primera edición en castellano (Aguilar, 1961) que saqué de la Biblioteca General de la UMU (a pesar de que el bibliotecario puso cara de extrañado cuando lo solicité pues parecía que ese libro no lo había pedido nunca nadie, ¡Qué cosas!) pero finalmente decidí comprarme la edición de la Universidad de Navarra (EUNSA, 2000) pues, como dice mi profesor "los libros no se gastan" y, con toda probabilidad lo vuelva a leer. Lo recomiendo.

lunes, 31 de agosto de 2009

Aspirador Vorwerk



Adjunto aquí algunas imágenes de la pintura en la que estoy trabajando estos meses (con las limitaciones propias que surgen de haberme "convertido recientemente en familia numerosa"). El motivo es el aspirador que usamos en casa; un aspirador de la marca Vorwerk que nos acompaña en nuestros quehaceres de limpieza. Como si de Beppo Barrendero se tratase voy a intentar encontrar si hay algo importante en este electrodoméstico.
No soy el primero que centra su mirada en tales artefactos, pues enseguida podríamos citar las New Hoover Convertibles de Jeff Koons, artista referente del kitsch en el arte contemporáneo.
Aunque mi mirada no va por ahí, será interesante ver a dónde puedo llegar y qué diferirá de las del artista estadounidense.

miércoles, 22 de julio de 2009

Me voy a Ávila

Pues sí. A Ávila. En concreto a participar en la Cátedra de Goya en los talleres de pintura de Antonio López García.

No es la primera vez que asisto a un taller de este tipo con Antonio López (uno de mis referentes artísticos vertebrales) y, a pesar de ello, me encuentro con cierto nerviosismo.

Participar en un taller como éste tiene un factor que lo diferencia de otros tipos de enseñanzas regladas: tanto el alumno como el maestro "se eligen" mutuamente. Es decir, yo escojo que quiero pintar junto al artista de Tomelloso y él decide que poseo el suficiente interés como para dedicarme algo de su tiempo.

Esto que en principio puede parecer de un formalismo excesivo, se viene abajo cuando, ya en el taller trabajando, nos damos cuenta de que todos los que estamos allí lo que hacemos es compartir unas mismas inquietudes ante la pintura en particular y el arte en general. Todos con la diferencia de que unos llevan más de 50 años dedicados a esto y otros están empezando. Esta relación de igual a igual podría ser quizás de lo más destacado en un taller de este tipo. Aquí no habrá lecciones magistrales, objetivos que cubrir en un tiempo determinado, habilidades que demostrar... Pintamos, y en esa búsqueda que supone la pintura del natural, van surgiendo ideas y dudas sobre las que hablar. Y todo esto junto a una de las figuras más importantes de la pintura internacional (por mucho que les pese a los agoreros postmodernos de «el fin de la pintura»)

«Mirar más y pintar menos» sería el lema insignia con el que yo acudo a estos talleres.

Seguiré pintando, pensando e informando.

domingo, 28 de junio de 2009

Memento mori - Juanjo Martínez Cánovas

Memento mori es el título del trabajo que mi amigo y compañero de estudios Juanjo Martínez Cánovas tendrá expuesto hasta finales de agosto en el LAB (www.laboratoriodeartejoven.com).

El trabajo pictórico de Juanjo se centra en la muestra del imaginario de la duda que ejerce sobre él la finitud de la vida humana.

Mi hermano, teólogo y filósofo, Bernardo Pérez nos dice: "Existir para la muerte significa para el hombre tener la obligación de madurar. Asumir la propia muerte lleva a un proceso lento y laborioso de maduración por el que el ser humano descubre quién realmente es." (http://bernardoperezandreo.blogspot.com/2009/05/pensar-la-muerte.html).

El trabajo de Juanjo cobra sentido en esta maduración, en este descubrimiento de quiénes somos.

Dos chapatas


Tras unos meses de trabajo, he dado por acabado este dibujo del que me siento bastante satisfecho: Dos chapatas del Carrefour.


Intentando ser fiel a mi propuesta en favor de un realismo más observacional que representacional, he trabajado con el modelo real siempre delante renunciando a la comodidad que puede aportar el disponer de una fotografía del modelo y aceptando por ello todo aquello que se escapa a mi capacidad tanto visual como técnica.


La fotografía, que junto al cine es la gran responsable de la configuración del "ojo moderno" -es decir, de la mirada que hoy poseemos-, se ha convertido en un elemento primordial para muchos de los artistas plásticos dedicados a la pintura en la contemporaneidad. De hecho, la hibridación entre pintura y fotografía ha sido el coito que ha permitido a tan tradicional género artístico nacer una y otra vez tras cada una de sus anunciadas defunciones. Al respecto recomiendo (si es que me puedo permitir ese atrevimiento) leer "Impurezas: el híbrido pintura-fotografía" de Pedro A. Cruz Sánchez y Miguel Ángel Hernández-Navarro (Murcia Cultural, S.A., Murcia, 2004)  para un primer acercamiento (riguroso, ordenado y comprensible) a la cuestión.


En el caso de aquellos que nos empeñamos en seguir trabajando y buscando en el conflicto que surge del intento de aprehender la realidad en un mundo absolutamente virtual y, además, lo queremos hacer aceptando el “peligro de la frontalidad” que impone la pintura denominada -con mayor o menor acierto- de caballete frente a otras propuestas pictóricas que, sin dejar de ser frontales contemplan el espacio que las rodea como campo de su intervención (se me ocurre, por ejemplo, el wall-painting), hacer uso de la fotografía como sustituto del modelo original no haría más que alejarnos del fragmento de realidad que, empresa baldía, pretendemos enmarcar. Roland Barthes se refiere al hueco que hace el espectáculo como aquella “operación maníaca sin la cual” lo real se hace “inaccesible a la palabra”. En esta línea, considero que enmarcar (pintar) lo ya enmarcado (la fotografía como fragmento de una realidad) no es la tarea del pintor realista quien, de por sí y de manera inexorable, posee ya una mirada configurada por el encuadre fotográfico al que me he referido al inicio del post.

Seguiré pensando en esto.


PD: trabajar en compañía es mucho mejor. Gracias a FERRENAVARRO y a Rubén Rubio.